Ulceración oral y estomatitis paradental ulcerosa crónica en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

La ulceración y estomatitis paradental ulcerosa crónica es una enfermedad inflamatoria de la boca que genera úlceras dolorosas en la encía y en el revestimiento de la mucosa de la cavidad oral. Normalmente es una reacción hipersensible del sistema inmune a las bacterias y a la acumulación de placa en los dientes. Algunas razas de perros son más propensas a desarrollar la enfermedad, entre ellas están el Bichón Maltés, el Cavalier King Charles spaniel, el Cocker spaniel y el Bauvier de Flandes.

Síntomas

Saliva espesa, babeo excesivo, mal aliento, dolor, inflamación de la parte posterior de la boca, pérdida de apetito y de peso, ulceración de la mucosa bucal (tejido interior de las mejillas) y de las encías. 

Causas

Es una enfermedad multifactorial. Entre las causas tenemos: 

Diagnóstico

El veterinario realizará un examen exhaustivo de la cavidad oral para evaluar la extensión de la inflamación y la condición de los dientes. Las pruebas estándar de laboratorio incluyen perfil sanguíneo químico, conteo sanguíneo, análisis de orina y un panel de electrolito para conocer si hay enfermedades causantes.  

Las radiografías son útiles para detectar la afección ósea y evaluar el alcance de la osteomielitis idiopática. El veterinario también podría solicitar una biopsia para descartar otras enfermedades.


Tratamiento

El tratamiento del veterinario buscará reducir la inflamación, eliminar las infecciones y reducir los dolores. En paralelo, empezará por una limpieza oral para eliminar placa y sarro. También podría aplicar tópicos antimicrobianos sobre los dientes y las superficies gingivales.

El veterinario podrá recetar corticosteroides para reducir la inflamación y analgésicos para controlar el dolor. Los antibióticos se pueden usar para tratar infecciones bacterianas primarias y secundarias. En algunos casos, la única solución es eliminar los dientes afectados para controlar la inflamación de la boca. 

En caso de que el perro no haya podido comer durante tiempo, se suministrará terapia nutricional basada en una dieta blanda con terapia de fluidos y/o con un tubo de alimentación para compensar la pérdida de nutrientes. En casos de anorexia, el veterinario puede recomendar suplementos vitamínicos.