Pénfigo en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

El Pefigoide bulloso en perros es una enfermedad poco común en la piel de los perros que se caracteriza por la aparición de ampollas o pústulas llenas de pus y de llegas abiertas. Estas heridas pueden aparecer en la piel o en las mucosas del perro básicamente en cabeza, orejas y dorso del perro.

Se produce porque los anticuerpos atacan células sanas. En concreto atacan el área intercelular de la epidermis y provocan la acantolisis que es cuando se separan las células de la piel y se descomponen.

La gravedad del pénfigo depende de la extensión de las zonas afectadas y de la profundidad de la piel afectada. Distinguimos 4 tipos distintos:

  • Pénfigo foliáceo cuando los anticuerpos atacan a capas externas de la piel. Es el más común y el más leve.
  • Pénfigo eritematoso. Similar al anterior pero presenta menos ampollas y una afectación reducida.
  • Pénfigo vulgaris. Se producen úlceras más profundas porque los anticuerpos atacan a un nivel de la piel más profundo. Es más severo.
  • Pénfigo vegetante Como el anterior pero menos extendido


Síntomas

Agrietamiento de la piel, quistes en la piel, escamas, costras, pústulas, enrojecimiento, picazón y úlceras superficiales, inflamación de los ganglios linfáticos, depresión, fiebre, cojera y puede llevar a la anorexia o pérdida de apetito si las encías se ven afectadas.


Causas

Es una enfermedad autoinmune. Los anticuerpos séricos atacan a la membrana basal del perro sin ninguna razón. La luz solar empeora la situación.


Diagnóstico

El veterinario primero realizará una exploración física en búsqueda de alteraciones en la piel del perro. También realizar una analítica completa de sangre y de orina para determinar el estado general de salud. 

Para un diagnóstico definitivo tomará una muestra de tejido cutáneo para una biopsia. En el laboratorio se buscarán células acantolíticas y neutrófilos que pudieran estar atacando el tejido cutáneo.

En el análisis de laboratorio también se podría detectar alguna bacteria y esto ayudaría mucho a ajustar el tratamiento.

También conviene realizar cultivos bacterianos para analizar si por culpa de las heridas abierta hay también infección bacteriana.


Tratamiento

El tratamiento varía según la gravedad y si hay infección bacteriana secundaria o no.

En principio el veterinario para tratar la enfermedad recetará medicamentos inmunosupresores que disminuyen la actividad del sistema inmunológico. También podrían ser necesarios los antibióticos cuando se detecte una infección bacteriana secundaria.

En principio el tratamiento puede ser ambulatorio pero si el pronóstico a largo plazo no es bueno porque los medicamentos inmunosupresores provocan reacciones adversas, entonces habría que ingresar al perro. Los glucocorticoides que son medicamentos antiinflamatorios e inmunosupresores pueden provocar úlceras gástricas, hiperadrenocorticismo secundario, diabetes mellitus, hepatopía y otras infecciones graves.