Intolerancia al ejercicio, fatiga y dificultad para respirar. Tos y vómitos con sangre y abdomen agrandado. Piel azulada y púrpura y pérdida de peso.
La hipertensión pulmonar se produce cuando la presión arterial es anormalmente alta en la circulación sanguínea pulmonar.
Para entender la enfermedad, primero es necesario una breve explicación sobre cómo funciona la circulación sanguínea en el cuerpo. Podemos distinguir la circulación sistémica que es la que va por todo el cuerpo y lleva oxígeno a las células para su normal actividad y la pulmonar que es la encargada de llevar la sangre a los pulmones para volverla a oxigenar. Los dos sistemas se cruzan en el corazón: a la aurícula derecha llega la sangre desoxigenada de todo el cuerpo y pasa al ventrículo derecho que la envía a los pulmones que la oxigena y la manda a la aurícula izquierda que le llega la sangre oxigenada de los pulmones y después pasa al ventrículo izquierdo desde donde se manda a todo el cuerpo.
Es un importante problema porque puede provocar una insuficiencia cardíaca en el perro. Pueden verse afectadas ventrículos, aurículas y válvulas mitrales.
Intolerancia al ejercicio, fatiga y dificultad para respirar. Tos y vómitos con sangre y abdomen agrandado. Piel azulada y púrpura y pérdida de peso.
Puede ser idiopática o consecuencia de enfermedades básicamente pulmonares o cardiacas.
La hipertensión pulmonar puede estar causada por enfermedades pulmonares que reduzcan la capacidad de recoger oxígeno como la enfermedad intersticial pulmonar, bronquitis, estancias largas a altura, trombosis, …
O también por enfermedades que afectan al corazón como:
El veterinario primero realizará un análisis completo de sangre y de orina. También solicitará una prueba de gas en sangre para medir el oxígeno y el dióxido de carbono que lleva la sangre.
También puede utilizar pruebas de imagen para detectar posibles coágulos de sangre. O muestras de líquido del pulmón o la pleura si detectara algún derrame.
La prueba definitiva consistirá en medir la presión en la arteria pulmonar. Para ello el veterinario realizará un estudio ecocardiográfico de Doppler. Se considerarán valores de hipertensión pulmonar aquellos en los que la velocidad de regurgitación tricúspide sea mayor de 2,4 m/s y aquellos en los que la velocidad de regurgitación pulmonar sea superior a 2 m/s.
Primero hay que controlar la causa subyacente. Una vez tratada la causa subyacente, si persiste el problema de la hipertensión, entonces el veterinario recetará vasodilatadores arteriales pulmonares como el sildenafil.
Es importante realizar un diagnóstico temprano para evitar complicaciones y evitar daños en aurículas, ventrículos o válvulas del corazón.