Después de proporcionar el historial médico de la mascota, en el que se incluya la aparición de los síntomas de la afección, el veterinario realizará un perfil bioquímico y un hemograma completo. Inmediatamente, se realizará una radiografía de la cavidad pleural y una tomografía computerizada para ver el estado de los pulmones.
Para confirmar el diagnóstico, será necesario un lavado traqueal, que consiste en tomar muestras de líquidos y sustancias que recubren la tráquea. El veterinario también podrá realizar una broncoscopia para visualizar las vías respiratorias. Y si las pruebas no fueran definitivas, podría optar por una biopsia pulmonar.