Es probable que el tratamiento no requiera hospitalización y que el gato se recupere con la ayuda de antiinflamatorios (corticoesteroides). De todas formas, hay que resolver la causa subyacente.
En algunos casos, los signos clínicos pueden permanecer, regresar o incluso, el otro lado de la cara puede verse afectado. A largo plazo, la córnea en el lado afectado puede necesitar lubricación. Si el trastorno se encuentra localizado en el oído medio, la cirugía puede ser necesaria para aliviar la gravedad de la molestia.
Si hay úlceras corneales, debe acudir al médico para recibir tratamiento. Después de eso, el gato será evaluado mensualmente para detectar los reflejos del ojo y parpados, los movimientos de los labios y oídos, y para evaluar el retorno de la función normal.