Si la mascota presenta CCHS supurativo, se administraran antibióticos y para CCHS no supurativos se podrán administrar medicamentos inmunomoduladores y antibióticos. La quimioterapia es una opción a considerar si el gato tiene cáncer. En casos de obstrucción, la cirugía será indicada para facilitar que la bilis fluya con normalidad. Para casos leves, el gato puede ser tratado como paciente ambulatorio, pero si se encuentra deshidratado y desnutrido, debe colocarse un tubo de alimentación intravenoso hasta que se estabilice.
El tratamiento tiene una duración de tres a cuatro meses y cada dos semanas se realizará un examen para evaluar los niveles de enzimas hepáticas. Si no hay mejoría, a las 4 semanas de tratamiento se indicará un cultivo de bilis y biopsia del tejido del hígado y líquido circundante para su estudio.
El veterinario creará una dieta de alto contenido proteíco y de fácil digestión y, de ser el caso, una dieta de vitaminas solubles en agua. Durante su recuperación, debe restringirle cualquier actividad física a su mascota.