Inflamación supurativa del hígado en gatos: colangitis
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Malo

La colangitis es el término que se refiere a la inflamación del conducto biliar y la colangiohepatitis significa inflamación de los conductos biliares, vesícula biliar y tejido hepático circundante. 

Por lo general, suelen aparecer juntas como un complejo o un síndrome (CCHC o CCHS), siendo bastante común en gatos. Basándose en pruebas histopatológicas, el CCHS puede clasificarse como: 

  1. CCHS supurativo o neutrofílico, donde ocurre una descarga de líquido de pus dentro del canal biliar. Es de aparición repentina y normalmente provocada por una infección
  2. CCHS no supurativo o linfocítico, de aparición recurrente donde los linfocitos y las células plasmáticas invaden la vena porta, el conducto biliar y la arteria del hígado. Esta última puede provocar una cirrosis hepática.


Síntomas

Los síntomas más habituales son:

  • Diarrea
  • Pérdida de peso
  • Aumento de sed y de orina
  • Deshidratación
  • Debilidad
  • Letargo
  • Temblores
  • Dolor abdominal
  • Distensión abdominal
  • Piel amarillenta (ictericia)
  • Aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la respiración en algunos animales
  • Fiebre
  • Colapso repentino


Causas

Las causas del CCHS supurativo suede ser infecciosa por Salmonella sp., Leptopirosis. Normalmente ocurre después de una obstrucción de la vía biliar extra hepática o después de una obstrucción de la vesícula biliar. 

Por otra parte, la CCHS no supurativa puede no ser directamente causal, pero concurrentes con una obstrucción de la vía biliar extra hepática, inflamación de la vesícula biliar, cálculos biliares, inflamación del páncreas, enfermedad inflamatoria intestinal o inflamación a lo largo plazo del tejido renal.

Diagnóstico

El veterinario preguntará por el historial médico y por la aparición de los primeros síntomas. A continuación, realizará un examen físico acompañado de:

  • un perfil bioquímico donde podrá evidenciarse un incremento de las enzimas hepáticas o anemias
  • un hemograma completo (CSC) donde podría observarse linfocitosis o cáncer
  • un análisis de orina para evidenciar concentraciones altas de bilirrubinas y de bilis.

Algunos análisis especiales serán de importancia para descartar o encontrar las causas de la enfermedad. Si el veterinario sospecha de la inflamación del páncreas, una prueba de sangre inmunoreactividad similar a la tripsina (TLI, por sus siglas en inglés) servirá para evaluar la suficiencia pancreática. Los niveles bajos de vitamina B12 indican problemas de absorción del intestino delgado o problemas pancreáticos. Y los niveles de tiroxina de la glándula tiroidea, servirán para descartar un tumor en la tiroides. 

Adicionalmente, la radiografía de tórax, laparoscopia, radiografía y ecografía abdominal permitirán detectar cualquier obstrucción de las vías biliares, cáncer o problemas de páncreas, riñones e hígado.

Tratamiento

Si la mascota presenta CCHS supurativo, se administraran antibióticos y para CCHS no supurativos se podrán administrar medicamentos inmunomoduladores y antibióticos. La quimioterapia es una opción a considerar si el gato tiene cáncer. En casos de obstrucción, la cirugía será indicada para facilitar que la bilis fluya con normalidad. Para casos leves, el gato puede ser tratado como paciente ambulatorio, pero si se encuentra deshidratado y desnutrido, debe colocarse un tubo de alimentación intravenoso hasta que se estabilice. 

El tratamiento tiene una duración de tres a cuatro meses y cada dos semanas se realizará un examen para evaluar los niveles de enzimas hepáticas. Si no hay mejoría, a las 4 semanas de tratamiento se indicará un cultivo de bilis y biopsia del tejido del hígado y líquido circundante para su estudio. 

El veterinario creará una dieta de alto contenido proteíco y de fácil digestión y, de ser el caso, una dieta de vitaminas solubles en agua. Durante su recuperación, debe restringirle cualquier actividad física a su mascota.