La EII no se puede curar por completo pero si se puede controlar, aunque las recaídas son frecuentes.
El objetivo del tratamiento será:
- Estabilizar el peso del gato
- Mejorar las dolencias gastrointestinales
- Reducir la respuesta del sistema inmunitario
Por lo tanto, el tratamiento farmacológico incluirá medicamentos inmunosupresores, antibióticos y si fuera preciso, suplementos de vitamina B12 (cobalamina)
Si el gato vomita constantemente, no se le debe administrar nada por vía oral salvo terapia de fluidos hasta que el vómito desaparezca. Si el gato sufre deshidratación, se le suministrará una terapia de reemplazo de líquidos.
La dieta tiene que cambiarse por una que sea hipoalergénica. Dos semanas serán suficientes para comprobar que el gato la acepta sin problemas.
En general, el pronóstico de la EII es bueno salvo complicaciones. Es importante cuidar con paciencia al gato siguiendo las instrucciones del veterinario.