El tratamiento inicial consiste en una terapia con fluidos para mejorar la excreción de magnesio del cuerpo del perro. Igualmente, se podría administrar calcio para bloquear el efecto tóxico del magnesio. Además, también se discontinuará la toma de cualquier medicamento que tenga magnesio para evitar la agravación de los síntomas.
Los niveles de magnesio se controlarán durante y después del tratamiento inicial. En general, el pronóstico de perros con hipermagnesemia sin complicación renal es excelente. Si después del alta se observaran signos extraños, se debería acudir inmediatamente al veterinario.