Esfuerzo para defecar sin heces o pocas, pequeña cantidad de heces líquidas con moco o sangre, depresión, movimientos intestinales, vómitos ocasionales, falta de apetito, e hinchazón alrededor del ano.
El estreñimiento consiste en defecación incompleta, infrecuente o difícil, con paso de deposiciones duras o secas. El estreñimiento pronunciado supone la retención prolongada de los residuos sólidos en los intestinos, por lo que la defecación se vuelve muy complicada.
Si no se trata el estreñimiento de manera adecuada, el intestino grueso puede no realizar su trabajo de manera eficaz. De hecho, si el perro presenta estreñimiento que no se alivia de manera natural en uno o dos días, hay que acudir al veterinario de manera urgente. Y también si se corta pero reaparece al poco tiempo.
Esfuerzo para defecar sin heces o pocas, pequeña cantidad de heces líquidas con moco o sangre, depresión, movimientos intestinales, vómitos ocasionales, falta de apetito, e hinchazón alrededor del ano.
El veterinario necesita un historial completo de la salud del perro hasta la aparición de los síntomas. Con esa información, realizará un examen físico completo que incluirá perfil químico sanguíneo, hemograma completo, panel de electrolitos y análisis de orina.
Con los rayos X se visualizará el abdomen y el tracto intestinal para determinar la gravedad del bloqueo, ahora bien para imágenes más precisas será necesaria una ecografía del abdomen o, mejor aún, una colonoscopia.
La hospitalización será necesaria en el caso de que el perro esté deshidratado o tenga un estreñimiento que no responde al tratamiento médico. En ese caso se administrará terapia de líquidos. Si el perro toma algún medicamente que pueda causar estreñimiento, se suspenderá el tratamiento o se cambiará la medicación.
Los complementos alimenticios como salvado o meticelulosa son útiles aunque a veces pueden empeorar la distensión fecal del colón. En este caso, se tendrá que cambiar a una dieta baja en producción de residuos.
Una vez rehidratado el perro y bajo anestesia general, se extraerán las heces. en el caso de que fuera estrictamente necesario. Los enemas pueden ayudar en este proceso.
Si la situación es crónica, el veterinario puede valorar la intervención quirúrgica para extirpar parte del colon, lo que se conoce como colectomía subtotal, en especial si el colon se ha dañado de manera irreversible.
Se deberá controlar la frecuencia y consistencia de la defecación del perro al principio dos veces por semana, luego semanalmente y posteriormente cada quince días. Si las heces son duras y secas o el perro se esfuerza mucho al defecar, contacte de nuevo con el veterinario.
Para evitar el estreñimiento recurrente, la dieta tiene que ser aprobada por el veterinario. Hay que conseguir que el perro tenga una vida activa para que los músculos del intestino funcionen a la perfección, en este sentido, los masajes son una buena opción.