El veterinario realizará un historial completo, tomando en cuenta la aparición de los síntomas y los posibles incidentes que podrían haber provocado la afección. Además, realizará un perfil sanguíneo completo y un análisis de orina.
En casos severos, el análisis bioquímico revelará niveles anormales de albúmina en sangre (hipoalbuminemia) y altos niveles de colesterol en sangre (hipercolesterolemia). La prueba de proteína en la orina es de utilidad para el diagnóstico de la función renal (detectar pérdida de proteínas). Medir los niveles de proteínas y creatinina (producto de desecho excretado por los riñones) permitirá al veterinario conocer el grado del daño renal.
Las radiografías abdominales y la ecografía son herramientas útiles para la evaluación de los riñones y órganos circundantes. El veterinario podrá realizar una biopsia renal para descartar otras causas de insuficiencia renal, como la neoplasia.