Tos, intolerancia al ejercicio, sonidos pulmonares, extremidades frías, mucosas pálidas, frecuencia cardíaca y respiratoria variable, pulso débil, debilidad muscular y pérdida del conocimiento.
El shock cardiogénico ocurre cuando el corazón es incapaz de mantener su gasto cardíaco (sangre expulsada por el corazón a la circulación periférica por minuto).
La disminución del flujo sanguíneo hacia los tejidos conduce a una función orgánica anormal. El shock cardiogénico puede afectar al cerebro, el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones. No hay predisposición de raza, edad o sexo.
Tos, intolerancia al ejercicio, sonidos pulmonares, extremidades frías, mucosas pálidas, frecuencia cardíaca y respiratoria variable, pulso débil, debilidad muscular y pérdida del conocimiento.
El shock cardiogénico se debe a variadas causas etiopatogénicas, que incluyen: enfermedades de las válvulas, afecciones del miocardio, trastornos del pericardio, alteraciones del ritmo cardíaco, enfermedad cardíaca primaria y endurecimiento del saco que rodea al corazón.
Son factores de riesgo el exceso de fósforo en sangre, los coágulos pulmonares, el aire en la cavidad pleural, los desequilibrios electrolíticos, la acidosis y la hipoxemia.
El veterinario realizará distintos análisis para encontrar las posibles causas de la afección. El análisis de gases en sangre puede mostrar acidosis metabólica causada por la acumulación anormal de ácidos en el cuerpo. La medición de la presión arterial, la electrocardiografía y la oximetría de pulso permite detectar arritmias y baja presión arterial.
El diagnóstico por imagen mediante la radiografía de tórax podrá mostrar un corazón agrandado o evidencia de un edema pulmonar. Con la ecocardiografía se puede detectar la alteración del músculo cardíaco, trastornos de una válvula del corazón, compresión pericárdica y contractibilidad limitada del corazón.
Si el perro se encuentra en shock, deberá ser hospitalizado. Si no es atendido a tiempo, aumentan las probabilidades de un shock irreversible, causando la muerte al can. El tratamiento inicial se basa en aplicar oxigenoterapia, fluidoterapia y mantenimiento de la contractibilidad cardíaca que, en veterinaria de urgencia se denomina VIP (Ventilación, Infusión y Perfusión).
El drenaje del pericardio tendrá que hacerse en pacientes que muestren compresión del revestimiento del corazón. Además, se monitorearán las descargas eléctricas del músculo cardíaco por electrocardiograma mientras que, la medición de la presión arterial servirá para determinar la eficacia del tratamiento.
Durante la recuperación de su mascota, se restringirá la actividad física. Se programarán citas de seguimiento para controlar la frecuencia cardíaca, la intensidad del pulso, los ruidos y frecuencia cardíaca, la producción de orina, la actividad cognitiva y la temperatura.