Los gatos con hemorragia retiniana suelen ser hospitalizados para ser vigilados de cerca y suelen recetarse medicamentos para tratar la causa subyacente de la enfermedad. Normalmente el exceso de sangre también provoca un desprendimiento de retina y las dos condiciones se presentan de forma conjunta. Así como en algunos casos el desprendimiento de retina no se trata con una cirugía, en los casos que va acompañada de la hemorragia de retina sí será necesario prácticamente siempre operar para volver a unir la retina a la capa coroidea.
Si la hemorragia retiniana se diagnosticara pronto, el veterinario tratará de controlar las causas subyacentes y drenar el exceso de sangre y evitar así la cirugía.
Se programarán citas de seguimiento frecuentes para registrar el progreso posoperatorio o el deterioro de la retina y la enfermedad subyacente que causó la condición. En cada visita, el veterinario efectuará análisis de sangre y exámenes oftálmicos.
Si el gato perdiera la vista permanentemente como resultado del desprendimiento de la retina, deberá aprender a compensarlo con el desarrollo de los otros sentidos.