- Ojos rojos
- Tos
- Letargo
- Debilidad
- Secreción nasal
- Falta de apetito
- Fiebre
- Estornudos
- Y en ocasiones hasta vómitos
Al igual que nosotros, un perro también puede resfriarse. Los resfriados pueden estar causados por múltiples virus aunque los rinovirus son los que tienen una mayor influencia. Otros virus como el de la influenza o algunas bacterias pueden causar enfermedades respiratorias como la tos de las perreras o la gripe que son muy similares a los resfriados.
Aunque sepas como tratar tus resfriados y gripes, nunca trates de aplicar la misma "medicina" a tu perro. Muchas de las medicinas para humanos pueden ser fatales para los perros.
Los resfriados están causados por distintas familias de virus y bacterias. Normalmente ocurre cuando el sistema inmune del perro está debilitado. Los resfriados suelen llegar:
Los virus o las bacterias pueden llegar al organismo por vía aérea al entrar en contacto con otros perros enfermos o por contacto con materiales de otros perros enfermos.
El veterinario realizará un chequeo del perro para tratar de determinar si los síntomas se deben a un resfriado común o a alguna enfermedad más grave. Para ello, en primer lugar realizará una exploración física y preguntará sobre la aparición de los síntomas. Suelen ser aconsejables las analíticas de sangre y las radiografías para determinar el estado de salud del perro. Si el perro estuviera contagiado, en la analítica de sangre el veterinario ya detectaría un incremento en el número de glóbulos blancos.
Si sospechara de la infección el veterinario tratará de averiguar qué virus o bacteria está provocando la enfermedad y el nivel de afectación puesto que en casos graves el perro podría acabar con una neumonía. Para determinar la causa, el veterinario realizará un frotis para un cultivo bacteriano y podría realizar una PCR de sangre o de secreciones nasales para tratar de determinar qué virus puede estar "atacando" al sistema inmune del perro. Normalmente, para saber la gravedad, el veterinario también utilizará pruebas de imagen para ver cómo están los pulmones: las radiografías para determinar la afectación general y la broncoscopia para observar las vías respiratorias superiores.
Un resfriado común o la mayoría de infecciones respiratorias, normalmente no requieren ninguna intervención del veterinario ya que el perro se recuperará por si sólo con reposo, una buena dieta, un lugar cálido y seco para descansar y bebiendo mucho líquido. Sin embargo, si los síntomas se alargasen entonces probablemente habrá que medicar al perro para evitar que se transforme en una enfermedad más grave como podría ser una neumonía. Esto en principio sólo ocurrirá en perro con un sistema inmunológico muy debilitado: básicamente cachorros o pacientes inmunodeprimidos.
Si el perro llegara grave, el veterinario podría tener que hospitalizarlo para aplicar terapía de fluidos y/o oxigenoterapia. Después, para tratar la infección vírica o bacteriana, el veterinario podría prescribir expectorantes, antibióticos, antiinflamatorios o medicinas para reforzar el sistema defensivo del perro.
Debido a la contagiosidad de estas enfermedades siempre es recomendable aislar al perro hasta observar mejoría. También conviene vacunar a los perros que están constantemente en contacto con otros.