Presión arterial alta en gatos
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

Conocida también como hipertensión, es el resultado de la elevación sostenida de la presión sistólica y/o diastólica. Existen dos tipos de hipertensión: 1) hipertensión primaria, que no tiene causa aparente y es poco común en gatos; 2) hipertensión secundaria que está causada por otra enfermedad y es la más frecuente entre las mascotas. 

La presión alta puede ocasionar daños renales, oculares, neurológicos y cardiovasculares.  

Síntomas

Los siguientes son algunos de los síntomas más comunes que presentan los gatos con hipertensión:

  • Ceguera
  • Pupilas dilatadas
  • Desprendimiento de retina
  • Incautaciones
  • Desorientación
  • Sangrado de la nariz
  • Hemorragia del ojo
  • Sangre en la orina
  • Soplos cardíacos
  • Debilidad
  • Oscilación involuntaria de los globos oculares
  • Glándula tiroidea palpable
Causas

Las causas de hipertensión primaria son desconocidas, no obstante se cree que hay un componente o factor hereditario que la provoca. Por otro lado, la hipertensión secundaria representa el 80% de los casos de presión arterial alta y está causada principalmente por afecciones renales. La hipertensión secundaria también puede estar causada por diabetes mellitus; hiper e hipotiroidismo; enfermedades neurológicas; policitemia u obesidad.

Diagnóstico

Se mide la presión arterial en la pata o cola del gato con un instrumento de medición estándar. Durante el diagnóstico, es importante mantener al gato inmóvil con el fin de obtener una lectura precisa. 

Los estándares para la presión arterial elevada en gatos son:

  • 150/99-159/90: vigilar pero no requiere de una intervención. 
  • 179/100-160/119: es necesario un tratamiento para limitar daño en órganos 
  • Más de 180/120: Se necesita de tratamiento inmediato para evitar complicaciones graves. 

Para obtener buenos resultados y dar con un diagnóstico apropiado, deberá realizarse 5-7 mediciones. 

Las mediciones idealmente irán acompañadas de un perfil bioquímico sanguíneo y hemograma.

Tratamiento

El tratamiento dependerá del tipo de hipertensión presente. Si es primaria, debe ser tratada con fármacos que ayuden a reducir la presión arterial como medicamentos betabloqueantes de los canales de calcio como el amlodipino. En caso de ser secundaria, debe tratarse las posibles causas subyacentes como las enfermedades renales crónicas o el hipotiroidismo. También ayuda un cambio de dieta por alimentos con bajo contenido de sodio y una reducción del estrés que puede elevar la presión 20-40 mmHg.  

También es recomendable la actividad física con regularidad y programar visitas al especialista para evaluar la evolución de estado de salud.