Las contracciones involuntarias, continuas, toscas y rítmicas de un músculo, una porción de un músculo o un grupo de músculos es la señal más común a la que hay que prestar atención. 

La causa más frecuente de mioclono en los gatos es el moquillo,  aunque puede ser inducido por fármacos o debido a la intoxicación por plomo. En ocasiones la enfermedad puede ser hereditaria.

Por lo general, los tirones y sacudidas mioclónicas están causadas por contracciones musculares súbditas o mioclonos positivos o por relajación muscular denominada mioclono negativo. Estas contracciones anormales se producen debido una disfunción nerviosa y con mayor frecuencia afectan los grupos de músculos involucrados en la masticación y/o cualquiera de los músculos esqueléticos de las extremidades.

El veterinario realizará un examen físico completo, seguido de análisis de laboratorio con hemograma completo, perfil bioquímico y análisis de orina para evaluar el estado general de salud del gato. Los resultados podrán revelar anomalías relacionadas con la causa subyacente, incluida una encefalomielitis. 

Otra prueba que puede realizarse es examinar el líquido cefalorraquídeo y una Imagen de Resonancia Magnética.

El tratamiento dependerá de la causa del trastorno. Los gatos con inflamación del sistema nervioso central reciben medicamentos para reducir la hinchazón. El resto de causas que puedan haber provocado el mioclono suelen ser de complicada solución y si su mascota presenta mioclono crónico fuerte, sólo queda recurrir a la eutanasia para evitar prolongar el sufrimiento del gato.  

El gato puede requerir de una nueva dieta o restricción de la movilidad dependiendo de la gravedad de su condición.