- Fiebre
- Vómitos
- Debilidad y letargo
- Cojera
- Dificultad para respirar
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Colapso
El infarto de miocardio, denominado comúnmente ataque al corazón, ocurre cuando alguna parte del corazón deja de recibir sangre. Normalmente se produce por culpa de coágulos de sangre bloquean el flujo sanguíneo hacia las arterias coronarias.
Los infartos de miocardio son poco comunes en gatos.
Si bien los infartos no son comunes en gatos, existen factores de riesgo como los traumas, algunas cardiopatías, la aterosclerosis, el síndrome nefrótico, la vasculitis, el hipotiroidismo, la infección bacteriana, la obesidad y los tumores.
Después de proporcionar el historial médico completo de la mascota, el veterinario realizará un examen físico completo, prestando especial atención al sistema cardiovascular del gato. Se realizará un hemograma completo, un perfil bioquímico y un análisis de orina. Los resultados de las pruebas de laboratorio pueden revelar un aumento de leucocitos, niveles anormalmente altos de enzimas hepáticas y niveles bajos de hormona triyodotironina (T3) y tiroxina (T4).
Para confirmar el diagnóstico, el veterinario ejecutará una ecocardiografía para visualizar si el músculo cardiaco sufre una reducción de flujo sanguíneo o presenta daños. También puede necesitar un electrocardiograma para detectar si el corazón se mueve con normalidad. Finalmente para evaluar el flujo sanguíneo y medir la presión en ocasiones también puede realizar una angiografía coronaria.
El tratamiento inicial consiste en disolver el trombo y restaurar el flujo sanguíneo a los músculos del corazón usando medicamentos trombolíticos. En caso de que el gato se encuentre gravemente afectado por ritmos cardíacos irregulares, será hospitalizado hasta estabilizarlo. En los casos graves, el veterinario debería empezar por mejorar la oxigenación del corazón con una terapia de oxigenoterpia. En ocasiones también puede recetar analgésicos para controlar el dolor.
El pronóstico dependerá de la extensión y duración del problema. Deberá restringir la actividad física de la mascota y llevarlo a control regular con el veterinario para realizar pruebas cardíacas y de laboratorio el tiempo que dure el tratamiento.