Deberá proporcionar un historial completo de la salud de su perro, incluido un historial de síntomas y la naturaleza del mismo. Su veterinario ordenará un hemograma completo, un análisis de orina y un perfil químico de sangre donde se evidenciará niveles anormalmente altos de enzimas hepáticas y un nivel alto de colesterol.
Las radiografías abdominales pueden mostrar un hígado agrandado con márgenes redondeados, o un estómago y riñones desplazados. Las radiografías de tórax pueden ayudar a determinar cualquier metástasis de un tumor en la cavidad torácica, y también mostrarán enfermedades relacionadas con el corazón y los pulmones. La ecografía abdominal se puede usar para ver más detalles en la cavidad abdominal, revelando cambios en el tamaño del hígado y el contorno de la superficie, así como la presencia de una enfermedad concurrente.
Si se observan o sospechan tumores, su veterinario querrá tomar una muestra de tejido hepático para confirmar su naturaleza benigna o maligna, pero incluso sin un tumor presente, una muestra de tejido puede ser útil para determinar la causa, la gravedad y el estadio de la enfermedad hepática.