Enteropatía inmunoproliferativa en Basenjis
Urgencia: Puede esperar
Pronóstico: Reservado

Se trata de una enfermedad hereditaria, que se observa en la raza Basenji. Se caracteriza por la hipertrofia de la mucosa del estómago, con infiltración de células linfoides y ulceración. Así, el estómago no puede absorber los alimentos y realizar una digestión correcta.

Los perros adultos o de mediana edad tienen mayor propensión a esta enfermedad, que suele ser causa de vómitos y diarreas intermitentes y una pérdida de peso por la incapacidad de absorber los nutrientes. Por suerte se estima que afecta tan sólo a un 3% de los basenjis.

Síntomas

Pérdida de apetito y de peso, diarreas de larga duración intermitentes, vómitos, úlceras en los oídos y pérdida de pelo.

Causas

Es hereditaria pero existe la posibilidad de que un perro de cualquier raza sometido a un estrés importante como el que produce viajar o las visitas al veterinario también pueda sufrir episodios similares a esta enfermedad. Asimismo, también la pueden padecer las hembras en su ciclo estral.

Diagnóstico

El veterinario preguntará por el historial médico completo y por la aparición de los síntomas. 

Además del análisis de orina, se realizará un análisis de sangre que incluya perfil químico y conteo de sangre completo. Pueden aparecer síntomas de anemia en el caso de que la enteropatía inmunoproliferativa sea grave. También es posible que el perro esté sufriendo de hipoalbuminemia, una cantidad anormalmente baja de albúmina, una proteína sanguínea, en el torrente sanguíneo.

Se precisan análisis fecales para detectar infecciones por parásitos y bacterias. Hay que descartar enfermedades infecciosas gastrointestinales, como histoplasmosissalmonella o la giardia antes de tratar una enfermedad inmunoproliferativa porque hay que bajar las defensas del perro.

Para realizar un diagnóstico definitivo será preciso realizar una biopsia intestinal, extrayendo mediante cirugía, una muestra de tejido de la pared intestinal para ser examinado.

Tratamiento

La enteropatía inmunoproliferativa, no tiene cura, pero puede controlarse con un tratamiento temprano. 

La enfermedad no se cura pero el veterinario buscará que afecte lo menos posible a la vida normal del perro. Para ello buscará un tratamiento que disminuya la inflamación gastrointestinal. La prednisona (corticosteroides) es útil para suprimir la respuesta inmune hiperactiva, y se pueden recetar antibióticos para cualquier infección que se encuentre.  A las dos semanas de iniciar el tratamiento con corticosteroides ya debería verse una mejora y debería rebajarse la dosis. Los corticosteroides muchas veces tienen reacciones adversas para el cuerpo y conviene controlarlo. En caso que los efectos secundarios de los corticosteroides no fueran aceptables, el veterinario podrá combinar otros fármacos inmunosupresores.

Es fundamental cambiar la dieta del perro a aquella que aporte todas las fuentes de proteínas de manera natural, sin aditivos. Además el veterinario ayudará a encontrar aquellos alimentos que sean más saludables.

Por otra parte, es muy conveniente evitar situaciones de estrés para el perro. La mejora de los síntomas puede comenzar en un par de semanas. El veterinario determinará el calendario de visitas y el tratamiento farmacológico. 

Al tratarse de una enfermedad hereditaria, debe considerarse la posibilidad de esterilizar al perro para evitar que críe.