El tratamiento dependerá de la gravedad y de la causa subyacente. El veterinario podrá suministrar oxígeno al gato para ayudarle a respirar y facilitar una terapia de fluidos para ayudar en el flujo de líquidos dentro del cuerpo del gato si fuera necesario para estabilizar su situación.
Si la situación no fuera grave, el veterinario puede recetar diuréticos para reducir el exceso de agua y líquidos del cuerpo del gato. También debería abordar la causa subyacente para la recuperación del gato. En este caso, el tratamiento variará mucho según la causa. Si fuera una infección tendrá que recetar antibióticos, si fuera una enfermedad del sistema inmune probablemente corticoesteroides, si fuera un tumor quimio,...
En cualquier caso el gato necesitará descanso absoluto durante el tratamiento. Durante su recuperación, requerirá de observación continua dado que es una condición que tiene grandes posibilidades de recaídas.