Fiebre, tos, dificultad para respirar, letargo, hinchazón ósea, agrandamiento de las articulaciones y cojera. Pérdida de peso extrema con pérdida de masa muscular, ganglios linfáticos agrandados, úlceras en la piel, heridas que drenan y inflamación del iris y otras partes frontales de los ojos.
Como resultado de este trastorno también pueden aparecer convulsiones e insuficiencia cardíaca.