- Inquietud
- Vómitos
- Mal aliento
- Falta de apetito
- Llagas en la boca
- Sangre en la orina
- Dolor abdominal
- Sed y micción excesiva
- Dolor en la parte baja de la espalda
- Distensión abdominal
La hidronefrosis es una inflamación de los riñones causada por una acumulación excesiva de líquidos. La acumulación se produce en la pelvis renal que es la parte central del riñón y la zona donde se acumula la orina antes de dirigirla a los uréteres. La situación causa una distensión progresiva de la pelvis renal y los divertículos.
La hidronefrosis bilateral, en donde ocurre una distención y dilatación de la pelvis renal es rara y cuando ocurre, por lo general, es secundaria a otra enfermedad que impide liberar la orina.
Cualquier causa de obstrucción ureteral puede originar la hidronefrosis, tales como cálculos renales,
estenosis ureteral, atresia, fibrosis, tumor, masa trigonal, enfermedad prostática, masa vaginal, absceso retroperitoneal, ligadura ureteral accidental durante la esterilización, complicación tras una cirugía de uréter ectópico y hernia perineal.
Deberá proporcionar el historial completo de la salud de su gato, incluido un historial de síntomas y la naturaleza del mismo. El veterinario ordenará un perfil químico de sangre un hemograma completo, análisis de orina y un panel de electrolitos junto al examen físico para determinar el estado general de salud del gato.
Las pruebas de imágen, la radiografía y la ecografía abdominal, permitirán diagnosticar la hidronefrosis. En caso de no ser suficiente, el veterinario también puede requerir de pruebas especiales como la retrocistoscopia o vaginoscopia transuretral, procedimientos que se realizan con una cámara pequeña para visualizar el interior de la vejiga o la uretra.
La mascota será tratada de forma hospitalaria, mientras se administra líquidos y antibióticos. La terapia de fluido se realizará vía intravenosa durante 4 a 6 horas. El alivio de la obstrucción del tracto urinario inferior debe ser tratado de inmediato mediante la cateterización junto con la cistocentesis (punción con una fina aguja).
El veterinario programará citas de seguimiento cada dos a cuatro semanas después de que la obstrucción haya sido eliminada con éxito para controlar el progreso del gato. Se realizarán análisis de sangre en cada cita para asegurarse de que los niveles de nitrógeno ureico y creatinina en sangre hayan descendido a niveles normales.