- No responde a los sonidos cotidianos
- No responde a su nombre
- No responde a los sonidos de los juguetes
- No se despierta por un ruido fuerte
La pérdida parcial o total de la capacidad auditiva es común en gatos mayores, pero, también es una condición con lo que algunas mascotas nacen.
Los principales factores de riesgo causantes de sordera son: inflamación del oído externo, estrechamiento del conducto auditivo, ruptura del tímpano, tumores, inflamación del oído interno, trastornos anatómicos, traumas o lesiones, toxinas, medicamentos, antisépticos, inflamación crónica y prolongada del oído y enfermedades infecciosas como el virus del moquillo felino.
El veterinario preguntará por el historial médico, los síntomas y los condicionantes que puedan haber dañado los oídos. La aparición de la sordera a una edad temprana sugiere defectos al nacer causados por la herencia genética mientras que, la enfermedad cerebral es un trastorno causado por la vejez o cáncer de evolución lenta.
El veterinario podrá realizar cultivos bacterianos, pruebas de audición y pruebas de sensibilidad del canal auditivo para diagnosticar la afección subyacente.
La sordera congénita es irreversible. Los problemas de audición causados por fallos en la conducción del sonido (las ondas sonoras no llegan a los nervios del oído), pueden mejorarse a medida que disminuye la hinchazón. Para ello, el veterinario tratará de solucionar la causa subyacente. Es importante actuar con rapidez para que la capacidad auditiva no se vea deteriorada. En ocasiones, cuando dl deterioro es irreversible, pueden usarse unos audífonos.
El veterinario programará visitas semanales para tratar la enfermedad del oído o hasta resolver la afección. La mascota requerirá de cuidados especiales y restricciones de la actividad debido a que un gato sordo no puede escuchar cuando se acerca un potencial peligro.