El tratamiento dependerá de la ubicación, de la compresión espinal y de la gravedad de la misma. Si la enfermedad no fuera grave o la cirugía fuera complicada, el veterinario recomendará un tratamiento médico basado en el reposo, la fisioterapia y la administración de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos para reducir la inflamación y el dolor.
La intervención quirúrgica mejorará hasta un 80% de la lesión, sin embargo, existe un pequeño riesgo de complicaciones asociadas al procedimiento. Con la cirugía, el veterinario tratará de descomprimir la médula y estabilizar la columna vertebral. Para facilitar la recuperación post operatoria, el gato deberá estar en reposo absoluto al menos durante dos meses. Si el gato no puede caminar, debe mantenerse en ropa de cama suave y ser observado de cerca y voltearse cada 4 horas para evitar que se le desarrollen llagas. El cateterismo de la vejiga también se usa en estos casos para permitir que los gatos no tengan que salir a orinar.
La fisioterapia postoperatoria facilita la recuperación que los gatos y evita la pérdida muscular, la atrofia y la fijación de los huesos. También es recomendable disminuir el consumo de proteínas, calcio y calorías en exceso.