Dificultad para tragar, apetito voraz, mal aliento, hinchazón en el cuello, fiebre, letargo, vómitos, tos, pérdida de peso, rinorrea (goteo de la nariz) y respiración ruidosa.
La regurgitación es un retroceso de los alimentos en el aparato digestivo que se produce cuando vuelven del esófago a la boca.
Puede ser una dolencia hereditaria o adquirida pero en ninguno de los dos casos es grave y suele solucionarse con una adaptación de la dieta y medicamentos.
Dificultad para tragar, apetito voraz, mal aliento, hinchazón en el cuello, fiebre, letargo, vómitos, tos, pérdida de peso, rinorrea (goteo de la nariz) y respiración ruidosa.
A nivel genético algunas razas como los shar pei, los retrievers, los pastores alemanes, los setters irlandeses, el gran danés o los fox terriers están más predispuestos a vivir episodios de regurgitación.
Cuando la regurgitación es adquirida, suele ser consecuencia de problemas en la garganta como el cáncer, una enfermedad muscular, intoxicación o cuerpos extraños o de enfermedades en el esófago como consecuencia de un tumor, una hernia hiatal o un esófago agrandado.
Para el correcto diagnóstico será necesario una placa de rayos X para determinar los daños provocados en la garganta.
Lo primero será modificar la dieta. Será necesario realizar un seguimiento para ver qué materias pueden influir en la regurgitación e ir ajustando la alimentación.
El veterinario también puede recetar medicamentos que ayudarán a erradicar la dolencia.