Regurgitación, tos, dificultad para respirar, anorexia, pérdida de peso, vómitos y/o excesiva salivación.
La hernia de hiato es una anormalidad del diafragma donde el esófago y el estómago se prolapsan, ingresando en el tórax. Ocurre cuando la parte superior del estómago sobresale del diafragma y se junta con el esófago. No suele tener consecuencias pero una hernia de hiato grande puede permitir que la comida y el ácido retrocedan al esófago y esto provoca ardor de estómago.
Se presenta de dos formas: congénita que es lo más habitual y adquirida. La hernia hiatal adquirida se debe a una lesión o un trastorno respiratorio y pueden ocurrir a cualquier edad o raza. Por otro lado, la hernia congénita se hereda y se produce durante el desarrollo embrionario, caracterizado por un desarrollo incompleto del diafragma. Las razas más predispuestas a la hernia congénita son el Bulldog inglés, el Bulldog francés y el Sharpei Chino, sobre todo en los machos más que en las hembras.
Regurgitación, tos, dificultad para respirar, anorexia, pérdida de peso, vómitos y/o excesiva salivación.
Las causas pueden ser congénitas o por traumas y trastornos respiratorios o esfuerzo para inhalar.
El diagnóstico por radiografías puede mostrar densidad de los tejidos blandos en la región de la abertura esofágica, pero puede no revelar lesiones. Las imágenes por rayos X puede mostrar un esófago agrandado y, por medio de exámenes de contraste puede detectar las anomalías más frecuentes:
El veterinario también puede utilizar la endoscopia para evaluar el estómago y el esófago. Y si tuviera dudas sobre la influencia que tiene la hernia en la regurgitación podría utilizar una prueba de fluoroscopia.
En los casos leves o cuando no es aplicable la cirugía, el veterinario recetará medicamentos que promuevan la digestión y aumenten el tono del esfínter en el esófago. El veterinario podrá utilizar inhibidores de la acidez para reducir el daño esofágico y procinéticos para mejorar el vaciado gástrico. También aconsejará comidas pequeñas y frecuentes y evitar el ejercicio después de la comida. En perros con una hernia de hiato será recomendable utilizar un arnés en vez de un collar.
En casos más graves el tratamiento conservador no es suficiente y el veterinario optará por la cirugía. En estos casos, tratará de reposicionar el estómago y reforzar el diafragma. En ocasiones se realiza una gastropexia que es fijar el estómago a la pared abdominal para evitar recaídas. Tras la cirugía, el veterinario programará visitas de seguimiento porque muchos perros sufren recaídas.
La afección en principio no es grave pero conviene controlar las consecuencia porque podría derivar en neumonía o las anormalidades respiratorias. En estos casos se recetarán antibióticos y tratamientos para solucionar el problema.