- Aumento de los ruidos de la respiración
- Hinchazón en el cuello
- Vómitos
- Tos
- Nariz que gotea
- Dificultad para tragar
- Mal aliento (halitosis)
- Apetito voraz
La regurgitación es un retroceso de los alimentos en el aparato digestivo que se produce cuando vuelven del esófago a la boca. Puede ser una dolencia hereditaria o adquirida pero en ninguno de los dos casos es grave y suele solucionarse con una adaptación de la dieta y medicamentos.
Cuando la regurgitación es adquirida, suele ser consecuencia de problemas en:
Para el correcto diagnóstico será necesario una placa de rayos X para determinar los daños provocados en la garganta y/o el esófago.
Lo primero sería modificar la dieta. Habrá que realizar un seguimiento para ver qué ingredientes pueden influir en la regurgitación e ir ajustando la alimentación. El veterinario normalmente propondrá una dieta básica e ir incorporando ingredientes uno a uno para detectar cuál es el que ocasiona los problemas.
El veterinario también podría recetar medicamentos que ayudarán a erradicar la dolencia.