En los casos graves será necesario hospitalizar al gato para estabilizarlo. Necesitará terapia de fluidos para evitar la deshidratación y la retención de líquidos y un tratamiento de desintoxicación para evitar daños críticos al cerebro y al sistema.
En la mayoría de casos, el veterinario tratará de solucionar el problema con medicamentos para reducir la presión portal como betabloqueantes. Si se detectara un shunt podría ser necesario una intervención quirúrgica. Y si el problema fuera un trombo se podrían recetar anticoagulantes. El veterinario también podría recetar diuréticos para reducir la acumulación de líquido abdominal. Si el líquido fuera muy abundante, podría ser necesario una paracentesis para extraer el líquido.
El gato deberá restringir su actividad hasta que la hinchazón abdominal baje. Los cambios en la dieta deberán ser supervisados por el veterinario. Si el gato tiene distensión abdominal puede tratarse con dieta baja en sodio para tratar de moderar la retención de líquidos. Sin embargo, si lo que se desea es aumentar la micción para eliminar tóxicos, se procurará que el gato tome líquidos en abundancia.
Si el gato ha sido diagnosticado con encefalopatía hepática, el veterinario recomendará una dieta baja en proteínas, hasta conseguir que el hígado funcione con normalidad.