Un examen físico puede revelar ceguera o visión reducida en uno o ambos ojos y pupilas fijas y dilatadas. Un examen de la superficie anterior de la cavidad del ojo puede revelar un disco óptico hinchado o una hemorragia focal. Lagrimeo excesivo y entrecerrar los ojos. Si el perro hubiese empezado a perder visión podría mostrarse torpe y con un comportamiento alterado