Vómitos, diarrea crónica, gases, pérdida de peso, acumulación de líquido en el abdomen y debajo de la piel y dificultad para respirar.
La linfangiectasia es un trastorno obstructivo del sistema linfático en el tracto intestinal, producto de la dilatación de los vasos linfáticos que resulta en la pérdida progresiva de proteínas a través de los intestinos.
El sistema linfático es una red de órganos, ganglios linfáticos, conductos y vasos linfáticos que producen y transportan linfa desde los tejidos hasta el torrente sanguíneo. Guarda algunas similitudes con el aparato circulatorio, pero el líquido que se transporta no es sangre, sino linfa. Las funciones del sistema linfático son el drenaje de líquido intersticial, el transporte de grasas desde el intestino hacia la sangre y la respuesta inmunitaria.
La raza Terriers de trigo de capa blanca es una de las razas más propensas a padecer linfangiectasia, sobretodo las hembras de mediana edad. Las razas Basenjis, Londehunds Noruegos y Terriers de Yorkshire también tienen probabilidades de padecerla pero, a diferencia de los Terriers de trigo, no existe predisposición de edad o género.
Vómitos, diarrea crónica, gases, pérdida de peso, acumulación de líquido en el abdomen y debajo de la piel y dificultad para respirar.
La linfangiectasia primaria o congénita puede darse por la acumulación de líquido lechoso en el abdomen, bloqueo del conducto torácico o anomalías linfáticas difusas como la acumulación de linfa en el espacio entre la pared torácica y los pulmones. La linfangiectasia secundaria puede causarse a partir de una pericarditis, el síndrome Budd-Chiari (bloqueo del flujo sanguíneo en las venas del hígado) o por cáncer (Linfosarcoma).
Su veterinario ejecutará exámenes de rutina que incluyan pruebas de orina, perfil sanguíneo químico y conteo sanguíneo completo. La pérdida de proteínas puede tener muchas otras causas y habrá que descartarlas. Para descartar parásitos intestinales, se realizará un frotis fecal que servirá también para descartar la presencia de otros agentes infecciosos. Las radiografías de tórax y abdomen indicarán al veterinario si existe cáncer o cualquier enfermedad cardíaca y la ecografía abdominal permitirá descartar una insuficiencia cardíaca congestiva.
De ser necesario, el veterinario podrá realizar una endoscopia para examinar el tracto intestinal y tomar muestras de líquido y tejido para la biopsia. Otra prueba especial consiste en un electrocardiograma, para examinar las corrientes eléctricas en los músculos del corazón y poder evidenciar cualquier anomalía en la conducción eléctrica que dificulte la capacidad del corazón para contraerse y latir.
La mayor parte del tratamiento es ambulatorio. Se le recetará una dieta baja en grasa con proteínas de alta calidad, así como medicamentos esteroideos para reducir la inflamación y antibióticos.
Si su mascota presenta complicaciones, se recomendará atención hospitalaria. La intervención quirúrgica es poco común en estos casos, sin embargo si hay un bloqueo linfático, la cirugía podrá ser una opción para eliminar la causa del bloqueo. Asimismo, si alrededor del corazón está inflamado y engrosado, el veterinario intervendrá quirúrgicamente para reparar el saco.
Es necesario vigilar el peso corporal de su perro. La gravedad de la enfermedad determinará la frecuencia con la que tendrá que llevar a su mascota a los tratamientos de seguimiento. En cada visita se programará evaluaciones de las concentraciones de proteína y los niveles de líquido.
A largo plazo, el pronóstico para el trastorno es reservado. Algunos perros no responden bien al tratamiento mientras que otros pueden reincidir al cabo de varios meses a más de dos años.