Los síntomas más habituales son:
- Decoloración amarillenta de las encías y los tejidos húmedos de las membranas
- Pérdida de apetito y de peso
- Vómitos
- Micción excesiva y sed excesiva
- Acumulación de líquido en el abdomen
- Mala condición corporal
- Signos del sistema nervioso – como la torpeza o los ataques causados por la acumulación de amoníaco en el sistema debido a la incapacidad del hígado para eliminar el amoníaco del cuerpo.