La hiperplasia nodular no causa enfermedad clínica a menos perjudique en la entrega de sangre al hígado. Si los nódulos se agrandan y rompen, entonces pueden producir letargo, pérdida de apetito, distensión abdominal y vómitos.
La hiperplasia nodular hepática se caracteriza por las presencia de múltiples nódulos en el parénquima hepático. Los nódulos se forman por la acumulación de hepatocitos hiperplásicos (que se multiplican anormalmente) y de hepatocitos vacuolados (que se multiplican anormalmente y provocan un exceso de enzimas en el hígado).
La hiperplasia nodular puede ser confundida con la regeneración secundaria, hepatitis crónica o con un adenoma. Esta afección es común en perros con hepatopatía vacuolar, en perros mayores de 14 años y, a pesar de no estar especificada para una raza en concreto, los Terrier Escoceses son propensos a sufrir esta lesión.
La hiperplasia nodular no causa enfermedad clínica a menos perjudique en la entrega de sangre al hígado. Si los nódulos se agrandan y rompen, entonces pueden producir letargo, pérdida de apetito, distensión abdominal y vómitos.
La causa más usual es el envejecimiento. También pueden existir factores genéticos.
Tras proporcionar el historial completo de su mascota con los síntomas y posibles incidentes, el veterinario realizará una exploración física y un conteo sanguíneo completo, análisis bioquímico y una prueba de orina para controlar el estado general de salud del perro. Las prueba de laboratorio pueden mostrar un leve incremento de enzimas hepáticas.
Las radiografías abdominales y ecografías son esenciales para la evaluación visual del hígado para la búsqueda de anomalías. En las pruebas de imagen se podrán observar múltiples nódulos bien delimitados en el hígado. Para confirmar que los nódulos son benignos y descartar posibles tumores, el veterinario realizará un biopsia en caso de que tuviera dudas.
Normalmente no se requiere tratamiento. En caso de la rotura de nódulos grandes, podrá requerirse de una transfusión de sangre y una cirugía para extraer la parte del hígado afectada.
El veterinario programará citas trimestrales para un seguimiento y control de los perfiles bioquímicos acompañado de una ecografía abdominal con el fin de evaluar la progresión de los nódulos hepáticos y evitar complicaciones posteriores que impidan el funcionamiento normal del hígado. El pronóstico es muy bueno porque los nódulos no afectan a la función hepática.