Hidronefrosis canina: Acumulación de líquido en el riñón por obstrucción
Urgencia: Atención inmediata
Pronóstico: Reservado

La hidronefrosis es una inflamación de los riñones causada por una acumulación excesiva de líquidos. La acumulación se produce en la pelvis renal que es la parte central del riñón y la zona donde se acumula la orina antes de dirigirla a los uréteres. La situación causa una distensión progresiva de la pelvis renal y los divertículos que puede provocar una atrofia renal que imposibilite que el riñón realice correctamente sus funciones. 

La hidronefrosis bilateral, en donde ocurre una distención y dilatación de la pelvis renal es rara y cuando ocurre, por lo general, es secundaria a otra enfermedad que impide liberar la orina.

Síntomas

Pérdida de apetito, sed y orina excesiva, inquietud y sangre en la orina. Otros signos son el mal aliento, las llagas en la boca, los vómitos y el dolor y la distensión abdominal y en la parte inferior de la espalda. 

Algunos perros pueden no mostrar síntomas.

Causas

Cualquier causa de obstrucción ureteral puede originar la hidronefrosis: cálculos renales, estenosis ureteral, atresia, fibrosis, tumor, enfermedad prostática, masa vaginal, absceso retroperitoneal, ligadura ureteral accidental durante la esterilización, complicación tras una cirugía de uréter ectópico o hernia perineal.

Diagnóstico

El veterinario preguntará por el historial médico del perro y el histórico de síntomas detectados. Normalmente empezará por un examen físico y por solicitar un perfil químico de sangre, un hemograma completo, un análisis de orina y un panel de electrolitos para determinar el estado general de salud del perro. 

Las pruebas de imagen, las radiografías y la ecografía abdominal, permitirán diagnosticar la hidronefrosis. En caso de no ser suficiente, el veterinario también puede requerir de pruebas especiales como la retrocistoscopia o vaginoscopia transuretral, procedimientos que se realizan con una cámara pequeña para visualizar el interior de la vejiga o la uretra.

Tratamiento

El perro será tratado de forma hospitalaria, mientras se administran líquidos y antibióticos. La terapia de fluidos se realizará vía intravenosa durante 4 a 6 horas. 

El alivio de la obstrucción del tracto urinario es la prioridad del veterinario y el tratamiento dependerá de la causa. Si el riñón todavía no estuviera muy afectado y pudiera recuperar el funcionamiento normal, el veterinario podrá recetar antiinflamatorios o antibióticos para mejorar infecciones, intervenir quirúrgicamente o colocar un catéter para restablecer el flujo urinario. Si uno de los riñones estuviera afectado, se podría plantear extirparlo puesto que el perro podría vivir con el otro. Y si la hidronefrosis afecta a los dos riñones y causa insuficiencia renal, el veterinario tratará al perro con dietas renales, manejo de fluidos y control de electrolitos.

La extracción de orina del riñón generalmente no es necesaria a menos que esté infectada. 

El veterinario programará citas de seguimiento cada dos a cuatro semanas después de que la obstrucción haya sido eliminada con éxito para controlar el progreso. Se realizarán análisis de sangre en cada cita para asegurarse de que los niveles de nitrógeno ureico y creatinina en sangre hayan descendido a niveles normales.