El veterinario proporcionará la ventilación adecuada para las células de aire de los pulmones. Si el perro está anestesiado se realizará la ventilación de manera manual o mecánica con un ventilador de anestesia.
Es importante eliminar el exceso de dióxido de carbono porque si permanece demasiado tiempo en el cuerpo podría acarrear un problema de acidosis respiratoria que provoca que la sangre y otros líquidos del cuerpo se vuelvan demasiado ácidos.
Una vez el veterinario haya estabilizado al perro, tratará de que el gato pueda obtener el oxígeno necesario sin ayudas externas. Para ello utilizará corticoesteroides para disminuir la inflamación de las vías respiratorias, broncodilatadores para favorecer que los músculos respiratorios funcionen correctamente y antibióticos para tratar posibles infecciones respiratorias.
Durante el tratamiento, el veterinario realizará evaluaciones periódicas del gas en la sangre arterial con el fin de determinar la mejoría y también para evaluar la capacidad del perro para tomar oxígeno libre y sin ayudas.