Desprendimiento de retina en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

El desprendimiento de la retina hace referencia a la separación de la retina de la parte posterior del ojo que la soporta. La retina capta la luz y la transforma en impulsos nerviosos que envía al cerebro. Si bien la separación del revestimiento interno aparece en cualquier raza en distintas edades, es más común en perros mayores.

Síntomas

Ceguera o visión reducida, en algunos casos, el iris del perro puede permanecer dilatado y no se ajustará correctamente cuando se expone a la luz.

Causas

Los factores de riesgo para sufrir un desprendimiento de retina pueden variar. Algunos perros nacen con defectos congénitos que provocan el desprendimiento de la retina de forma inmediata o a largo plazo. 

En otros casos, el desprendimiento puede tener causas subyacentes como son el glaucoma, la exposición a ciertas toxinas, la hipertensión, el hipotiroidismo, la hiperproteinemia, la hipoxia, los traumatismos en los ojos, la neoplasia ocular o la inflamación de los vasos sanguíneos dentro y en torno al ojo.  

Diagnóstico

El veterinario realizará pruebas de rutina como análisis de sangre, perfil bioquímico y prueba de orina para averiguar si existe una causa subyacente grave que pueda llevar a la ceguera del perro. Evidentemente, para el correcto diagnóstico, también es necesario un examen completo del ojo del can.

Tratamiento

El prónostico para los perros que sufren desprendimiento de retina es bueno. El 75% de los perros recuperan la visión y sólo en casos extremos, la retina podría no volverse a unir y el perro podría quedar ciego. En estos casos, siguiendo la guía de su veterinario, entrene a su perro y enséñele habilidades para manejar correctamente su entorno para mejorar su calidad de vida.

El tratamiento para un desprendimiento de retina se establecerá según la gravedad y su causa. En la mayoría de casos, bastará con el uso de colirios aunque en casos graves, se podrá aplicar la cirugía para unir la retina y ayudar en la regeneración del tejido. Si el perro no requiere de tratamientos quirúrgicos, el veterinario podría recetar medicamentos para tratar la enfermedad subyacente. 

En caso de haber sometido al perro a un procedimiento quirúrgico, se deberá restringir su actividad. El veterinario querrá controlar los recuentos de células sanguíneas y exámenes de seguimiento frecuentes con el propósito de identificar rápidamente cualquier complicación.