El veterinario tratará de aliviar la presión sobre el corazón y la pericardiocentesis es el tratamiento más aconsejable para evitar el taponamiento cardíaco (retirar el líquido con una aguja). Los gatos con dificultad respiratoria también necesitarán de oxigenoterapia.
Una vez estabilizado, el veterinario tratará de solucionar la causa subyacente y podría recetar antibióticos si la causa fuera una infección, una cirugía si detectara un tumor u otros tratamientos en función de la enfermedad sistémica detectada. Finalmente, los gatos con problemas recurrentes pueden optar por extraer el pericardio (pericardiectomía).
Se deberá restringir la actividad física de la mascota mientras se recupera. De ser necesario, podrá descansar en jaula, lejos de niños y de otras mascotas. Si el gato fue sometido a una pericardiectomía, es necesario mantener limpia la incisión para evitar el ataque de microrganismos oportunistas.