Para el diagnóstico será necesario que se aporte toda la información posible sobre los síntomas que puedan ser apreciados por el dueño. Y además:
- Examen físico completo del animal
- Perfil químico sanguíneo
- Hemograma completo
- Panel de electrolitos
- Análisis de orina
La posible metástasis se puede revelar gracias a los rayos X. El veterinario realizará fotografías e imágenes de ultrasonido del abdomen y del tórax para buscar la presencia de más tumores.
Las radiografías pueden mostrar una masa abdominal grande o muy grande en una o dos partes cerca del riñón y también acumulación de líquido en la cavidad abdominal. Para una información más precisa se utilizan las imágenes de ultrasonido. Para comprobar la existencia de líquido excesivo en el revestimiento pleural o en el abdomen, el veterinario realizará una citología.
En el caso de tumores muy pequeños y que están solos, el veterinario suele recomendar una intervención quirúrgica para extirpar dicho tumor. Si el tumor es maligno, la biopsia del mismo puede ser fundamental para el diagnóstico definitivo. Existe el examen histopatológico que rastrea cambios en el tejido, con él se comprende mejor por qué crece el tumor.