El tratamiento que suele ser recomendado es la cirugía. Lo mejor es extraer los tumores pero en función de la ubicación y el tamaño, el veterinario puede decidir extraer una o más glándulas mamarias.
Las hembras tienen 2 hileras de 5 mamas en el abdomen que van más o menos de las patas delanteras a las traseras. Algunas mamas comparten drenaje linfático y esto puede hacer que el veterinario decida extirpar alguna glándula más que la que está directamente afectada por el tumor. Por lo general el veterinario aplicará un tratamiento conservador pero tiene que asegurarse que el perro quede "limpio". En los casos más graves el veterinario podría decidir extirpar las dos hileras de mamas.
En los casos más avanzados, el veterinario probablemente también prescriba el inicio de un proceso de quimioterapia.
Una vez detectado un tumor de glándula mamaria, será necesario realizar un seguimiento continuo de las mamas porque hay bastantes probabilidades de que surjan recaídas y es importante actuar lo antes posible para mejorar el pronóstico.