Los síntomas varían dependiendo de la ubicación del tumor, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen:

• Déficit visual
• Movimientos descoordinados
• Convulsiones
• Comportamiento anormal o estado mental
• Dolor de cuello o de espalda

Se desconocen.

El veterinario preguntará sobre los síntomas detectados y realizará pruebas de imagen para detectar inflamaciones anormales en el cerebro o la médula espinal. El veterinario puede tomar muestras del líquido cefalorraquídeo para su análisis en el laboratorio.

Siempre que sea posible, lo más adecuado será la cirugía y extirpar el tumor. La zona es delicada pero si no ha profundizado en capas más profundas del cerebro suele ser lo más efectivo. A veces no es posible porque la extirpación podría causar una pérdida de funciones nerviosas básicas o porque la zona no es operable y entonces habría que tratarlo con radioterapia o quimioterapia.