Tumor cerebral (Astrocitoma) en gatos
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Malo

Los astrocitomas son tumores que afectan a los astrocitos o células gliales del cerebro y, solo en casos aislados, se han observado también en la médula espinal. Las células gliales son células del sistema nervioso que no transmiten impulsos eléctricos como las neuronas pero que cumplen con funciones de soporte y protección del sistema neuronal.

Los tumores de origen astrocítico constituyen el más complejo y diverso grupo de los tumores neurogliales dado que varían entre sí en cuanto a su localización, morfología y comportamiento biológico. El astrocitoma es una neoplasia intracraneal de tipo primario y se localiza en los lóbulos piriformes, convexidades de los hemisferios cerebrales, tálamo, hipotálamo, cerebelo y médula espinal.  

Estos tumores suelen presentar un acelerado crecimiento, y se clasifican según el grado de malignidad citológica del 1 al 4.

Síntomas

El comportamiento biológico del astrocitoma depende de la ubicación del tumor y del grado de falta de diferenciación celular (grado I-IV, de mejor a peor pronóstico). 

A continuación se enumeran algunos síntomas comunes asociados con este tipo de tumor cerebral:

  • Convulsiones
  • Desorientación
  • Parálisis
  • Cambios de comportamiento
  • Letargo
  • Ceguera
  • Pérdida de equilibrio
  • Anomalías de los nervios craneales
Causas

Actualmente se desconoce las causas subyacentes para el desarrollo de astrocitomas. 

Diagnóstico

Se realizará un examen físico completo, al igual que un perfil químico sanguíneo, análisis de orina, hemograma completo y un panel de electrolitos, con el fin de descartar otras enfermedades. En el examen físico, el veterinario comprobará y evaluará los reflejos y la coordinación del gato.

Un análisis del líquido cefalorraquídeo, acompañado de una tomografía computarizada y/o una imagen de resonancia magnética son herramientas eficaces en el diagnóstico de astrocitomas; al igual que las imágenes de radionúclidos, que muestran el alcance y la actividad en el sitio del tumor.

Una biopsia postmortem serviría para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

La quimioterapia y la intervención quirúrgica son tratamientos comunes cuando se trata de un tumor. También puede utilizarse la radioterapia pero siempre es necesario consultar con el oncólogo veterinario para confirmar qué tratamiento puede ser el más beneficioso para el gato.  

El veterinario también puede tratar de reducir los síntomas con anticonvulsivos, corticosteroides y analgésicos. 

Se requiere de vigilancia permanente y cuidados durante la recuperación, con visitas periódicas al veterinario junto con examen de sangre en cada visita. Es probable que deba someterse a su mascota a tomografías computarizadas e imágenes de resonancia magnética local a fin de ver la respuesta al tratamiento.