Sólo se puede tratar de forma agresiva con antibióticos, pero es difícil. Para la recuperación es importante coger la enfermedad lo antes posible.
El veterinario deberá seguir de cerca todo el tratamiento porque los antibióticos utilizados de forma masiva presentan contraindicaciones que pueden afectar gravemente la salud del gato.
La tularemia es muy contagiosa entre animales. Las personas también se pueden contagiar y es recomendable lavarse las manos a menudo y aislar a las personas con un sistema inmunitario debilitado.
El pronóstico es malo y lo mejor es prevenir. Si el gato vive cerca de una granja o con otros animales hay que utilizar un buen antiparasitario para evitar los vectores de transmisión.