Los signos y síntomas de los trastornos de desarrollo sexual fenotípicos pueden incluir órganos reproductores externos que no coinciden con los cromosomas internos. Un perro que porta cromosomas masculinos, por ejemplo, puede parecer que tiene genitales externos femeninos, o un pene más pequeño que el normal. Algunos animales pueden poseer un órgano reproductivo normal, pero también tienen un segundo órgano reproductivo adicional, del género opuesto.

Los signos del trastorno sexual gonadales pueden ser un clítoris grande en las hembras o un testículo no descendido en los machos.

La principal causa es hereditaria, aunque en algunos casos, el trastorno se explica por una exposición excesiva de la madre durante el embarazo a hormonas masculinas o femeninas.

El veterinario primero realizará una exploración física para ver si los órganos reproductores son normales.

También puede medir los niveles hormonales y realizar una prueba de ADN para evaluar si existen anomalías en los cromosomas sexuales.

En principio no es una condición que pueda afectar a la salud del perro. Lo único que se verá afectado es la reproducción. Lo ideal es esterilizar a los perros con estos problemas.

Y a nivel estético, el veterinario podría sugerir la cirugía reconstructiva si la forma o tamaño de los órganos reproductivos pudiera suponer un problema.