- Diarrea
- Pérdida de apetito
- Vómitos
- Deshidratación
- Depresión
- Ulceras en la boca
- Mal aliento
- Problemas de control de la vejiga (poliuria y polidipsia)
La nefrotoxicidad inducida por fármacos hace referencia al daño renal provocado por la administración de un medicamento con el propósito de diagnosticar o tratar otro trastorno médico. Si no se trata, el daño a las células de los túbulos renales puede llevar a necrosis tubular e incluso insuficiencia renal. Los gatos de más edad son más susceptibles a sufrir toxicidad renal.
Administración de agentes farmacológicos que interfieren con el flujo de sangre hacia los riñones y causan difusión tubular (cuando los riñones no pasan los ácidos de la sangre a la orina).
El veterinario preguntará por el historial médico y por la aparición y la naturaleza de los síntomas. Preguntará por los medicamentos recientes que puedan ser nefrotóxicos. Después realizará una inspección física y un análisis de sangre y de orina para conocer el estado general de salud del gato.
En caso de sospechar del problema, el veterinario solicitará una ecografía renal para ver daños estructurales en el riñón. Y si no estuviera claro, también podría solicitar una biopsia de una porción del tejido renal.
Lo primero será suspender la toma de fármacos potencialmente nefrotóxicos y restaurar la hidratación con fluidoterapia. La mayoría de los gatos con nefrotoxicidad inducida por medicamentos requerirán atención hospitalaria, especialmente aquellos que también sufren insuficiencia renal. En estos casos severos, la cirugía puede ser requerida.
Ya en casa, el gato tendrá una dieta especial baja en proteínas y en fósforo. Adicionalmente, cada uno o dos días se pueden realizar pruebas de panel de electrolitos para evaluar los niveles de compuesto nitrogenados que se encuentran en la sangre, condición llamada azotemia. Los pacientes con azotemia severa pueden desarrollar insuficiencia renal en solo cuestión de días. Al mismo tiempo, la nefrotoxicidad inducida por fármacos puede incluso conducir a una enfermedad renal crónica meses o años después.