Los gatos expuestos a productos químicos tóxicos pueden no mostrar todos los signos de envenenamiento. De hecho, a veces los insecticidas causarán en cambio lo contrario de estos síntomas, pero normalmente habrá algún indicio de que el gato no está bien. Si sospecharas que tu mascota no está bien debido a la exposición a los insecticidas, tendrás que sacar a tu gato del ambiente tóxico, o dejar de usar los insecticidas, y buscar atención médica antes de que la condición se vuelva grave.
A continuación se presentan algunos de los síntomas de la intoxicación:
- Vómitos
- Diarrea
- Hipersalivación
- Anorexia
- Depresión
- Fiebre
- Temblores musculares
- Pupilas contraídas.
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Falta de coordinación
- Problemas para respirar
Los niveles tóxicos de los insecticidas de carbamato como el metomilo y el carbofurano pueden causar convulsiones y paro respiratorio en el gato. La toxicidad de los organofosfatos, mientras tanto, puede llevar a una anorexia crónica, debilidad muscular y espasmos musculares que pueden durar días o incluso semanas. Entre los insecticidas organofosforados que se utilizan comúnmente figuran el coumafos, el ciotioato, el diazinón, el fampfhur, la fention, el fosmet y el tetraclorvinfos.
En consecuencia, la acetilcolina permanece adherida a los receptores postsinápticos de las neuronas, lo que provoca una transmisión nerviosa continua e interminable al tejido nervioso, los órganos y los músculos (lisos y esqueléticos). Esto provoca convulsiones y temblores.