Los signos clínicos suelen aparecer entre 6 y 12 horas después de la ingestión y pueden durar hasta tres días en los casos más graves.
Cualquiera de los siguientes signos clínicos sería preocupante en un gato:
- Vómitos
- Diarrea
- Disminución del apetito
- Aumento de la sed
- Aumento de la micción
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Inquietud
- Jadeo o respiración rápida
- Temblores musculares
Estos síntomas pueden progresar muy rápidamente. Los cambios de ritmo y frecuencia cardíacos pueden provocar una baja de la presión sanguínea, mientras que los temblores y espasmos musculares pueden provocar temperaturas corporales peligrosamente altas.