El veterinario reunirá un historial completo de la salud del gato, incluido antecedentes genéticos y posibles incidentes que podrían haber precipitado alguna infección o problema en el nacimiento del gato. Asimismo, realizará un examen físico completo, perfil químico de la sangre, hemograma completo, panel de electrolitos y análisis de orina. Durante el examen físico, el veterinario comprobará la coordinación y los reflejos del gato.
También será útil las pruebas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada para ver el tamaño y la estructura del cerebelo.