No se inmuta con los sonidos, no responde a su nombre y no se mueve con un fuerte ruido.
La pérdida parcial o total de la capacidad auditiva es común en perros mayores, pero, también es una condición con la que algunas mascotas nacen. Más de 30 razas de perros son susceptibles a sufrir de sordera, entre ellas el pastor australiano, el Boston terrier, el cocker spaniel, el Dálmata, el pastor alemán, el Jack Rusell terrier, el perro Maltés, el Poodle toy y miniatura y el West Highland White terrier.
No se inmuta con los sonidos, no responde a su nombre y no se mueve con un fuerte ruido.
Los principales factores de riesgo causantes de la sordera son: el estrechamiento del conducto auditivo, una ruptura del tímpano, tumores, trastornos anatómicos, traumas, toxinas, antibióticos, antisépticos, virus como el del moquillo canino o una inflamación crónica normalmente prolongada del oído (externo, medio o interno).
El veterinario preguntará por el historial médico del perro para buscar posibles antecedentes que hayan podido provocar un daño en el oído. La aparición de la sordera a una edad temprana suele estar causada por defectos al nacer normalmente genéticos si se detecta en la vejez suele venir por una enfermedad cerebral o tumor de evolución lenta.
El veterinario podrá realizar cultivos bacterianos, pruebas de audición, pruebas de imagen y pruebas de sensibilidad del canal auditivo para diagnosticar la afección subyacente.
La sordera congénita es irreversible. Sin embargo, los problemas de audición causados por fallos en la conducción del sonido, cuando las ondas sonoras no llegan a los nervios del oído, pueden mejorarse a medida que se solucione la causa.
Una vez el veterinario haya determinado la causa de la sordera, podrá aplicar el tratamiento corrector más adecuado. La sordera puede tratarse desde con antibióticos si es debido a una infección del canal auditivo hasta con un procedimiento quirúrgico si se debe a trastornos anatómicos. En ocasiones, los audífonos pueden usarse también para los perros.
El veterinario programará visitas semanales para tratar la enfermedad del oído o hasta resolver la afección. La mascota requerirá de cuidados especiales y restricciones de la actividad debido a que un perro sordo no puede escuchar cuando se acerca un potencial peligro.