El tratamiento invasivo es necesario, según las circunstancias, ya que es común observar estos trastornos en perros con tumores malignos. La cirugía es lo más habitual pero para pacientes donde no se puede extirpar el tumor, se planificará el tratamiento para mejorar la calidad de vida. La quimioterapia puede ser una opción, si el tumor es del tipo que probablemente responda a la terapia química.
El pronóstico general dependerá de la naturaleza de los tumores que causan los síndromes paraneoplásicos. Después de una intervención quirúrgica o un tratamiento químico para el tumor en cuestión, el perro requerirá de reposo absoluto, dietas especializadas y en algunos casos, soporte nutricional vía intravenosa.