Membranas mucosas pálidas, pérdida de peso, debilidad, letargo, sangrado excesivo, infecciones recurrentes y ampliación del bazo y el hígado.
Los síndromes mielodisplásicos son trastornos que afectan a las células madres que forman todos los tipos de células que constituyen la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas,…). Se caracteriza por el desarrollo y maduración anormal de las células madre hematopoyéticas.
Se presentan de dos tipos: Primarios o por problemas congénitos y secundarios por problemas derivados de un cáncer, de medicamentos y/o de infecciones.
Membranas mucosas pálidas, pérdida de peso, debilidad, letargo, sangrado excesivo, infecciones recurrentes y ampliación del bazo y el hígado.
Las infecciones, la toxicidad por fármacos (como estrógenos, agentes anticancerosos o la combinación de trimetoprinma y sulfamida), la displasia de médula ósea o la neutropenia inmunomediada son posibles causas de la aparición de los síndromes mielodisplásico.
Tras conocer el historial de su mascota, el veterinario efectuará pruebas de laboratorio como: perfil bioquímico, análisis de orina y recuento sanguíneo completo. El análisis de sangre revelará una reducción anormal de células sanguíneas y, en algunos casos, anemia megaloblástica. También se puede evidenciar plaquetas grandes, granulocitos inmaduros con formas y tamaños anormales.
El veterinario tomará una muestra de médula ósea para evaluar el proceso de producción de glóbulos rojos y glóbulos blancos para identificar posibles anormalidades.
El tratamiento no es específico a menos que se logre identificar la causa subyacente. Usualmente los perros presentan complicaciones graves como anemia y hemorragias por lo que requieren de cuidados intensivos hospitalarios.
El pronóstico general de estos animales no es bueno, incluso tras el tratamiento. Sin embargo, es importante mantener a su mascota estable para evitar el agravamiento de los síntomas.