Rotavirus en gatos
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

El rotavirus bicaterio es uno de  los agentes etiológicos más importantes de la enfermedad diarreica severa en los gatos. Provoca malestar gastrointestinal y, en casos extremos, alteraciones en las paredes de los intestinos.  

Los gatitos de hasta 12 semanas son más propensos a las infecciones provocadas por este virus. Esto es debido a que sus sistemas inmunológicos aún no están suficientemente desarrollados. Por ello, la mejor protección para los gatitos es la lactancia ya que así adquieren  los anticuerpos necesarios contra este virus.

No obstante también pueden verse afectados gatos adultos que viven en entornos de excesivo estrés.

Síntomas

El síntoma principal de una infección por rotavirus es la diarrea acuosa de leve a moderada. En casos graves, los gatos pueden morir por deshidratación, pérdida extrema de peso y/o falta de voluntad para comer.

Causas

El contagio de este virus se produce normalmente a través del contacto con materia fecal contaminada.

Diagnóstico

El veterinario tiene que discriminar entre otras afecciones como parvovirus, coronavirus, astrovirus, etcétera. 

Además de pruebas de laboratorio como análisis de muestras de tejido o exploración de las heces bajo el microscopio, se deben realizar otras como una técnica bioquímica llamada ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas. Otra técnica utilizada en diagnósticos es la denominada aislamiento del virus. 

El diagnóstico definitivo para detectar el rotavirus y los anticuerpos que haya podido producir, requerirá examinar las vellosidades intestinales (los pelos pequeños que recubren el intestino) y otras células dentro la pared intestinal.

Tratamiento

El tratamiento consistirá en el alivio sintomático de la diarrea del gato y, al mismo tiempo ayudarle a reemplazar los líquidos y electrolitos perdidos.  La dieta también tiene que ser cambiada por otra que ayude al gato a aliviar sus molestias intestinales. Generalmente no se prescriben antibióticos.

Es muy importante que los niños y bebés estén alejados de los gatos infectados ya que existe riesgo de contagio. Además, si se manipula la materia fecal de un animal infectado es imprescindible usar guantes de látex y desinfectar la zona en la que vive el gato.