Repentina diarrea aguda en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

Conozcamos primero como funciona el intestino del perro. El alimento ingerido tarda unas ocho horas en recorrer todos los conductos del intestino, en ese tiempo, normalmente, el cuerpo va absorbiendo la mayoría del agua presente en la comida. 

La diarrea se produce cuando la motilidad del intestino del perro se altera. El alimento recorre el intestino con más rapidez de lo normal sin que el cuerpo tenga tiempo de absorber los nutrientes y el agua. Por consiguiente, las deposiciones del perro tienen más agua de lo normal y han permanecido menos tiempo en el intestino. 

Esta situación descrita puede provocarse por cuatro motivos: desequilibrios osmóticos, sobre secreción, exudación intestinal o trastornos de motilidad. 

En el primer caso, la concentración de moléculas de alimentos en el intestino es muy alta, las moléculas que sobran atraen agua al intestino, provocando la diarrea en el perro. La secreción excesiva se refiere a la producida por el intestino posterior a su exposición a bacterias o toxinas. Por su parte, la exudación intestinal se produce cuando, a través de úlceras u otras roturas en la capa de tejido del intestino, hay una secreción lenta de tejidos sanguíneos. Esta secreción puede ser leve o muy grave. 


Finalmente, los trastornos de motilidad se refieren a la actividad del intestino y su capacidad para mover contenidos. Un intestino que funciona correctamente, se contrae muscularmente expulsando el contenido. En el caso de un intestino que se contrae demasiado rápido tiene mayor motilidad y el fluido que se absorbería, se pierde en las heces. 


La diarrea puede ser una combinación de varios de estos factores. De hecho, las infecciones intestinales pueden causar que el intestino secrete más y cambie su motilidad.


Síntomas

Más agua en las heces de lo normal, defecar de forma involuntaria, vómitos, sangre o moco en las heces, esfuerzo para defecar, debilidad, apatía, depresión, anorexia, dolor abdominal, fiebre y debilidad.

Causas
  • Comer basura o comida estropeada
  • Cambios en la dieta
  • Tracto digestivo hipersensible
  • Enfermedad de Addison.
  • Enfermedad del hígado
  • Enfermedad del riñón
  • Enfermedad pancreática
  • Ingerir cuerpos extraños
  • Bloqueo intestinal
  • Infección, virus, bacterias o parásitos. 
  • Enfermedad de Rickettsial: infección bacteriana adquirida a través de parásitos como pulgas, garrapatas, etc.
Diagnóstico

Tenemos que conocer los antecedentes síntomas y causas que hayan provocado la diarrea cuando acudimos al veterinario. 

Las pruebas a realizar incluirán un examen físico completo: perfil bioquímico, hemograma, panel de electrolitos y análisis de orina. Mediante rayos X se buscará si el perro ha ingerido algo que no debe pero que esté bloqueando o irritando el intestino. 

Mediante análisis de sangre se pueden descartar enfermedades del páncreas como inflamación o no producción de suficientes enzimas digestivas. Mediante estas pruebas también se verificarán los niveles de cocalamina y ácido fólico,

Para detectar infecciones por Giarda, Parvovirus y Cryptococcus se realizarán pruebas en laboratorio de muestras fecales. Revisando un frotis de heces se detectarán huevos de parásito. 

Finalmente, mediante endoscopia se tomará una muestra del intestino para realizar un examen histopalolótico en el laboratorio.

Tratamiento

La diarrea aguda suele provocar deshidratación con vómitos o no. El perro debe ser hospitalizado para recibir tratamiento con líquidos y electrolitos. También es posible que sea necesario administrar suplementos de potasio en el caso de perros muy enfermos. 

Si el problema es leve y no hay vómitos, el perro debe observar un periodo de ayuno de entre 12 y 24 horas, seguido de una dieta blanda basada en arroz hervido y pollo o bien lo que determine el veterinario. 

Si el problema se debe a la obstrucción por cuerpos extraños, debe valorarse la cirugía para evacuar el intestino. En todo caso, el veterinario recetará el medicamento apropiado, por ejemplo, antesecretores, protectores intestinales o antiparasitarios. Muy rara vez se prescriben antibióticos.